El que hoy traemos es el referente a la entrada del general Menacho en la ciudad:
En este diorama se quiere representar un episodio poco conocido de la historia de Badajoz en la Guerra de la Independencia, una de las entradas del general Rafael Menacho en la plaza, con las tropas de su mando.
En 1810 el avance general francés, en toda la península, era casi imparable. Desde Castilla la Nueva y por la Mancha entran en Andalucía y ocupan la ciudad de Sevilla, sede por entonces del Gobierno español que debe refugiarse en Cádiz, que pronto será sitiado por las fuerzas francesas.
El Duque de Alburquerque manda las pocas fuerzas organizadas que quedan en Extremadura y el Gobierno le ordena que se dirija a Cádiz. Antes de partir, viendo que la región está totalmente desguarnecida, y a petición del General Marqués de la Romana, Jefe del Ejército de la Izquierda y responsable de la defensa de estos territorios, que ha llegado a Badajoz en los últimos días de enero, destaca dos divisiones para su defensa.
Las dos divisiones son las mandadas por los brigadieres Senén de Contreras y Rafael Menacho. Pronto el general Contreras será destinado a cubrir la zona sur de la provincia y el límite con Andalucía y Menacho se establecerá en Olivenza con misión de proteger la plaza fuerte de Badajoz.
Poco estudiado este periodo, por la Hoja de servicios de Menacho sabemos que entra en la ciudad, con sus fuerzas, en dos ocasiones, a finales de enero y en la madrugada del 12 de febrero de 1810, ante la amenaza inminente de fuerzas francesas que, al mando del general Mortier, avanzan desde Sevilla. Las avanzadas francesas alcanzarán la ciudad en los primeros días de febrero, aunque sin capacidad suficiente para asediarla
El marqués de la Romana ordena reforzar la ciudad con las tropas de Menacho, que logra entrar en ella tras burlar la persecución del enemigo.
La Hoja de Servicios de Menacho refleja así la acción:
“…habiendo recibido Menacho oficio del Marqués de la Romana, para que hiciese por auxiliarlo, pues se hallaba en Badajoz sin guarnición para su defensa; en fuerza de muchos trabajos, días y rodeos, siempre perseguido por mayores tropas francesas, consiguió entrar en la plaza a media noche, sin haber perdido un bagaje, saliéndole a recibir el mencionado Marqués de la Romana, a tan incómoda hora…”
El episodio se ha representado en la puerta del Pilar, acceso sur de la plaza, reflejando las construcciones defensivas de este sector, sobre las que se han montado 215 figuras, pintadas a mano, entre ellas hay 107 del regimiento de Infantería 1º de Badajoz, 60 del Regimiento de Infantería Provincial de Trujillo, 10 del Provincial de Badajoz, 19 paisanos y 4 mandos del Ejército para la escena del saludo a Menacho.
Basándose en la poca documentación cartográfica disponible el equipo de Recreaciones Históricas presenta la mencionada puerta, con su puente levadizo, es muy posible que este elemento nunca llegara a utilizarse, aunque la estructura del acceso señale claramente la posibilidad de establecerla. El ancho foso, hoy prácticamente desaparecido, se salvaba con un paso elevado que llega hasta un pequeño revellín que defendía su cabeza y el acceso al fuerte de Pardaleras. Elemento clave en el control de estos anchos espacios eran las tenazas, o tenallones, muros alargados que defendían la muralla principal y que contaban con sus propios sistemas de defensa y ataque: parapetos, banquetas de tirador y, en ocasiones, asentamientos para artillería.
La puerta se completa en su interior con un cuerpo de guardia y accesos al parapeto, reproducidos de la documentación gráfica más antigua localizada, de la primera mitad del siglo XX.
Si bien las murallas, puerta y elementos anejos se conservaban en un relativo buen estado, sabemos que la tenaza estaba muy mal conservada y sin medios económicos para su restauración, se ha presentado en buen estado con la intencionalidad pedagógica de mostrar este elemento adecuadamente.
En las fuerzas representadas vemos el saludo de los generales al alcanzar la ciudad. El marqués de la Romana, a caballo con uniforme de capitán general y un edecán y el general Menacho, a pie, con uniforme de brigadier y un capitán ayudante, escoltados por una escuadra de fusileros del 1º de Badajoz al mando de un sargento, hombreras rojas. Desfilan detrás de ellos soldados de los regimientos de Infantería Provincial de Trujillo (casaca azul con solapas, cuellos y puños encarnados y botones dorados) y del 1º de Badajoz (casaca azul, solapas blancas, cuellos y puños encarnados y botones plateados); las guardias en los muros y teneza las llevan a cabo soldados del Regimiento Provincial de Badajoz (casaca azul, solapas rojas, cuellos y puños anteados y botones dorados).
En ambas formaciones se puede apreciar algún soldado vestido con uniforme francés capturado al enemigo, otros dotados de diversos chacós franceses y británicos, mochilas británicas y algún otro totalmente vestido de paisano, con el bicornio como única prenda de uniforme, así como varios vestidos con el capote de color gris ratón, heterogeneidad propia de un ejército como el español de la época, siempre carente de todo y funcionando a base del ingenio del soldado español, una de sus principales armas. Un carro con parte del bagaje de las tropas, guiado por un acemilero, se resguarda entre ellas. De este 1º de Badajoz son las patrullas de flanqueo que ocupan el foso.
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