lunes, 23 de mayo de 2011

218 Aniversario del Regimiento de Infantería "Castilla" II

Ayer informábamos de los actos del Aniversario del Regimiento. Hoy ampliamos, señalando que todos aquellos antiguos componentes del "Castilla", sobre todo los que hicisteis el Servicio Militar en él, estáis invitados a asistir el día 11 al acto militar, exposición, formación y acto a los Caídos.
Para ello debéis poneros en contacto telefónico con la Unidad: 924285368, indicando vuestro deseo de asistir e informando de cuando estuvisteis en el Regimiento, compañía, llamamiento, mandos etc, para que os manden la invitación y tarjeta de acceso.
Tenéis de tiempo hasta el 31 de mayo, para que haya tiempo para enviaros por correo la invitación, podéis venir acompañados de un familiar, aunque eso os lo indicarán cuando llaméis.
Nos veremos si Dios quiere.

domingo, 22 de mayo de 2011

218 Aniversario del Regimiento de Infantería "Castilla"

Recibo una invitación con los actos que celebra la Unidad con motivo del 218 aniversario. Como actos públicos señala:
31 de mayo. En la plaza López de Ayala, Badajoz, a las 20'00 horas se procederá al arriado de la Bandera, dando escolta una Sección de honores del Regimiento.
Ese mismo día y hasta el 12 de junio, se abrirá una Exposición con fondos del "Castilla" en el palacio de Capitanía, entrada libre por supuesto. El palacio de capitanía está en la plaza López de Ayala antes señalada.
El 1 de junio, día de la Fundación, se celebrará una Misa católica, en la Ermita de la Soledad de Badajoz, plaza de Nª Sª de la Soledad, en honor de todos los que en el Regimiento han servido, en especial por aquellos que murieron en campaña. Ese mismo día y en el Salón de actos de Capitanía, conferencia del capitán don Antonio García Ramos: "Castilla nº 16: De Extremadura a Cuba". Ambos actos de asistencia libre y abierta al público en general.
El Sábado 11, en la Base "General Menacho" se celebrará la parada militar conmemorativa, será a las 11'30 y la asistencia para el personal ajeno a la Unidad será con invitación, aunque hay consultas para que puedan asistir todos los que sirvieron en la Unidad. Os mantendremos informados.


viernes, 20 de mayo de 2011

Bicentenario de la batalla de La Albuera III

En 11 de mayo de 2001 publiqué en el diario HOY el siguiente artículo, cuyo título sigue siendo empleado como lema para la convocatoria de las conmemoraciones anuales...y por muchos años sea.



EL 16 DE MAYO, UNA CITA CON LA HISTORIA.

El próximo 16 de mayo se conmemora el 190 aniversario de la batalla de La Albuera, batalla que se dio en los campos de esta localidad en el transcurso de la Guerra de la Independencia. Hace ya diez años, parece que fue ayer, que el Ayuntamiento de la villa emprendió la ardua tarea de esta conmemoración dentro de un más amplio programa de desarrollo turístico- cultural.

Las batallas no tienen nada que celebrar, menos aún en los pueblos que como La Albuera quedaron reducidos a escombros. Las guerras son horribles y muestran lo peor, en ocasiones también lo mejor, del ser humano.

Pero la grandeza de la villa de La Albuera es que, en torno a este hecho de muerte y división, sus habitantes han sabido crear un ambiente de unión y hermandad internacional que en pocas localidades se encuentra.

Desde el año 1991 se reúnen este día representaciones de todos los países que allí se enfrentaron, Gran Bretaña, Francia, Portugal, Alemania, Polonia y, por supuesto, España para, en un sencillo acto, rendir homenaje a todos, todos, los que dieron su vida en ese trance. Unidades del Ejército español son las encargadas de rendir los honores del acto.

Posteriormente se efectúa una visita a los lugares donde se dieron los combates y al pequeño museo-memorial; museo que para su custodia y mantenimiento cuenta con la ayuda y aportación de vecinos que sienten la historia de su pueblo.

Sí, la batalla es un mero argumento para hacer de nuestro pueblo, permitidme que me una a vosotros, un centro de cultura, encuentro y convivencia internacional. Porque estos actos desbordan nuestras fronteras, desde hace años, y lo sabéis bien, veteranos soldados británicos acuden periódicamente, llega una abundante correspondencia al Ayuntamiento y son numerosos los viajeros que recalan por estas tierras.

Porque esta batalla sí la está ganando el pueblo, la está ganando el pueblo llano para la paz y para la convivencia.

Ahora que, en los albores del siglo XXI, los vientos de la intolerancia siguen soplando con energía es una pequeña, pero heroica, villa de Extremadura la que se coloca a la cabe4za del encuentro entre gentes de muy distinta procedencia y que un día estuvieron enfrentados.

La Albuera acoge a todos aquellos que quieran disfrutar un rato ameno en un entorno de tolerancia y diversión, de estudio y reflexión, en definitiva de acercamiento a otras maneras de pensar.

Sí, La Albuera, modesta villa nos da una lección de amor a la historia, a la cultura, con el trabajo callado y esforzado de sus ciudadanos, que lo mismo acogen al forastero como ponen en pie una maravillosa obra de teatro que es el reflejo del dolor de un pueblo que padeció mucho pero al que no se pudo doblegar.

Este y todos los 16 de mayo tenemos una cita…. con la historia.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Bicentenario de la batalla de La Albuera II

El 16 de este mayo, lluvioso y extraño, acudí a La Albuera una vez más. Gracias a Dios no he faltado a ninguna cita desde 1991. Veinte años ya, aunque algunos digan que no son nada como en la canción.
Acudí con mi amigo Jesús Caramazana y luego hicimos grupo con Manolo, un brigada de Aviación interesado en todos los temas de historia militar. También estaba Fernando Ortíz, con el que nos hicimos la foto de rigor y conmemoración. Porque han de saber que de los que iniciamos esta conmemoración, en 1991, solo estábamos él y yo, y él acudió como comisionado por la BRIMZ XI.
Echamos de menos a mucha gente, militares y civiles, de los que organizaron los actos y gracias a los cuales se inició ésta fabuloso celebración.
El general Moro, de quién partió la idea y el alcalde de entonces, señor Díaz Escobar, que nos acogió de modo extraordinario; el coronel que fue del Regimiento de Infantería "Castilla", señor Gallego del Pueyo, que presidió el primer acto, el capitán de la primera compañía de honores, señor Rivera Solís, y el teniente Cabanillas. Al teniente, por entonces, García Ramos y al subteniente Naranjo, artífice de la venida a la localidad del escritor Arturo Pérez Reverte, primer galardonado con la, cuando menos extraña, mención "Adalid de la Paz y de la Libertad", en fin a muchos de los suboficiales, como el hoy sargento Trinidad, que compartieron los esfuerzos de aquella primera vez.
Si tuve la oportunidad de saludar a algunos de aquellos concejales que tanto nos ayudaron, y a sus familias, señores Serrano y Comerón, y otra mucha gente del pueblo con la que mantenemos grandes lazos de amistad y complicidad.
Faltaban muchos de aquellos jóvenes albuereños que, voluntariamente, se prestaron a colaborar con los incipientes museos y exposiciones de los primeros años, así como a servir de "guías" a tantos forasteros como dieron en llegar desde el primer año. A todos ellos mi saludo y agradecimiento por su labor.
Ya digo que de los soldados solo nos encontramos Fernando y yo, Fernando era por entonces un joven alférez-cadete, que mandaba la III Sección, de la 1ª Compañía del Batallón "Alcántara" III/16, unidad modelo de esfuerzo y servicio a España, desaparecida de forma incomprensible en aras de una corrección política incompatible con la acción de mando...no entremos en más honduras y caiga sobre la conciencia militar del que tomó tan desacertada decisión.
El acto, adornado actualmente de gran parafernalia política, como es lógico, es en líneas generales muy similar a lo trazado en los primeros años y sigue siendo muy emocionante ver izarse la bandera española en un acto público entre el aplauso de un pueblo noble como es La Albuera. Para todos sus habitantes, que han conseguido elevar el nivel inicial y superar todo lo previsto para este tipo de conmemoraciones, irá siempre mi agradecimiento y mi recuerdo.
Y como en todo espacio ilustrativo no debe faltar la publicidad, permitanme señalarle que los expedicionarios del día 16 nos aplicamos, como remate, unas tapas de cochinillo en el bar de Cecilio que no se las salta un "corricolari" con botas nuevas. ¡¡Viva La Albuera!!

Bicentenario de la batalla de La Albuera.

El 15 de mayo de 2008 publiqué un artículo en el diario regional "HOY" de Badajoz, referente a la conmemoración de la batalla y con motivo de la concesión al Regimiento de Infantería "Castilla" del título de "Hijo adoptivo" de La Albuera.
Señalando que han pasado ya veinte años, desde que comenzaron los actos conmemorativos que ahora conocemos, el resto del escrito no necesita rectificación alguna por lo que paso a"colgarlo" tal y como lo remití al mencionado diario, que lo publicó prácticamente al completo:

HIJOS DE LA ALBUERA.

Álvaro Meléndez Teodoro.

Hace diecisiete años era teniente en el Regimiento de Infantería “Castilla”, en Badajoz, cuando recibimos la orden de preparar una compañía de honores para un acto a celebrar en la vecina localidad de La Albuera.

Poca gente conocía, al menos en detalle, la efemérides a conmemorar y el coronel de la unidad, señor Gallego del Pueyo, me designó para realizar un pequeño estudio sobre el tema. La tarea resultó muy sencilla ya que llevaba varios años investigando y recogiendo documentación sobre éste y otros acontecimientos militares en Extremadura.

Se estableció contacto con el alcalde de la localidad, señor Díaz Escobar, y se concretó la secuencia de actos a desarrollar. Para los intervinientes militares la anécdota de esta primera celebración que se fijaría en nuestro recuerdo tendría como protagonista a la plaza de la localidad, lugar donde se desarrollaría el acto institucional. Su disposición irregular, el quiosco y los árboles hacían complicada la entrada desfilando y los ensayos in situ no eran factibles, dada la distancia y la disponibilidad del personal.

El tema se solucionó reproduciendo en el patio del cuartel, en Sancha Brava, la citada plaza: unas sillas hacían de árboles, unas mesas de monolito, varios soldados de esquinas de quiosco y entradas a la zona... Los primeros ensayos, como pueden suponer eran de auténtico pavor, los portabanderines o los gastadores pasaban por encima del altar, rayado con tiza, que ustedes recordarán se ubicó ese año frente a la puerta del Ayuntamiento, el quiosco cambiaba de lugar y, en ocasiones, hasta los árboles se movían.

Un par de visitas a la localidad, de los oficiales y suboficiales, permitió encajar definitivamente la secuencia de actos que son prácticamente los mismos que todavía se llevan a cabo.

La representación española la ostentaría el Coronel Jefe del Regimiento y la compañía de honores sería la 1ª del Batallón “Alcántara”, desaparecido el pasado año, mandada por el capitán Rivera Solís, participarían además la escuadra de gastadores y la banda de cornetas y tambores del Regimiento.

En autobús y camiones llegamos aquella mañana al pueblo y desembarcamos en la parte de abajo de la calle que, partiendo de cerca de la gasolinera, desemboca en la plaza.

Verdaderamente fue emocionante cuando el cornetín dio la orden de iniciar el desfile y fue emocionante por el recibimiento de la gente de La Albuera, los aplausos, las voces de aliento, los vivas y la chiquillería correteando alrededor de la formación.

El acto se desarrolló de manera impecable, hubo misa, ofrenda y honores a los caídos y unas palabras emocionadas del señor Alcalde, de recuerdo a los militares y guardias civiles muertos por el terrorismo. El desfile final constituyó una definitiva prueba de cariño del pueblo a sus soldados y a sus visitantes.

A los intervinientes nos proporcionaron un excelente refrigerio, tradición que sigue manteniéndose, y hubo tiempo para la confraternización con las gentes de la localidad y con los veteranos británicos que también homenajeaban su historia. Allí me enganchó el carácter de esta gente y la ilusión de muchas personas, jóvenes y no tan jóvenes, por emprender una labor nueva que llevara el nombre de su localidad por todas partes.

Al año siguiente fui designado por el General Gobernador Militar para colaborar en la organización de un pequeño museo, que había iniciado el señor Cienfuegos Linares, tarea muy agradable que realicé junto al entonces teniente García Ramos, también del Regimiento “Castilla” y, posteriormente, con el brigada de Ingenieros don Jerónimo Naranjo.

Después, y a través del trabajo, se estrechan lazos de amistad. No quiero dejar pasar la destacada ayuda recibida del concejal señor Serrano y de su esposa Aurora, “alma mater” del incipiente museo etnológico, luego desaparecido en aras de ¿mejores? ideas

Han pasado diecisiete años. Hoy La Albuera se ha consolidado como centro internacional con esta celebración y el fruto del esfuerzo de sus vecinos se ve recompensado con el renombre que día a día alcanza su localidad.

Hoy el pueblo de La Albuera ha acordado distinguir con el más preciado galardón a mi Regimiento. El “Castilla” será Hijo Adoptivo de la Villa. El Regimiento se ganó el sobrenombre de “El Héroe”, ahora hace doscientos años, en el sitio de la dos veces heroica ciudad de Zaragoza. Hay muchos apodos y sobrenombres en los Ejércitos, pero solo uno fue “El Héroe de Zaragoza”. Éste nombramiento, concedido por la Heroica Villa de La Albuera, no me cabe duda que será un sello de distinción para todos aquellos que han servido y sirven a España en las filas del 16º de Infantería.

Ya no forman en él las compañías que constituían su Primer Batallón. Las reformas administrativas, políticas y los designios del mando, inescrutables e incomprensibles en ocasiones, han causado su desaparición. Pero muchos de los que en él formamos estaremos ese día para enorgullecernos del nombramiento que recibirá el Batallón “Mérida”, que ahora afronta solo la responsabilidad de conservar y transmitir el legado del “Castilla”, no hay miedo, son duros estos carristas.

Pero por encima de todo yo quiero dedicar, con estas modestas líneas, un homenaje a labor de los vecinos de La Albuera que, sin duda alguna, es lo más destacado de estos años: el trabajo para su obra de teatro, para los alardes, desfiles, mercados, y para colaborar en los actos es digno de elogio y debería servir de ejemplo a otras poblaciones de mayor rango que se pierden en discusiones estériles y programas irrealizables.

El secreto está, como se hizo hace diecisiete años, en comenzar a andar. Gracias por vuestro ejemplo y por vuestra acogida.


viernes, 6 de mayo de 2011

"Memoria de África. El Regimiento Castilla 16 en la campaña de Ifni-Sáhara, 1957-1958"

La Asociación Cultural "Voluntarios de Castilla" quiere hacer un llamamiento a todos aquellos socios, simpatizantes, amigos o público en general, que posean fotografías del Regimiento Castilla 16 durante su estancia en la Campaña de Ifni - Sáhara en los años 1957 y 1958 con idea de ampliar el fondo que posee actualmente la Unidad, así como de recuperar del olvido a aquellos veteranos, los cuales están casi todos entre nosotros.
Lo ideal es que las fotografías vengan con sus personajes identificados, para facilitar la leyenda a pie de foto en la exposición que estamos preparando para el mes de Octubre de este año, con motivo de haber sido subvencionados para la misma por el Ministerio de Defensa.
Así mismo, tampoco importaría que manteniendo la temática africana, fueran de otra época, ya que sabemos que en el siglo pasado en diversos momentos se acudió a aquel continente en cumplimiento del deber, años 20, años 60, etc.
La mejor forma, entendemos, que deben llegar a poder de la Asociación, es mediante escaneado y envío a nuestra dirección electrónica, con toda la información anexa que pudiera corresponderle. También naturalmente, en la Avda. Calzadilla nº 8-2º C.P.06004 de Badajoz, donde serían fotocopiadas en color, escaneadas y devueltas en su caso. A este lugar las pueden aportar presencialmente o por correo postal, en horario normal de oficina estaremos a su disposición.
Pueden también hacerlas llegar a este blog, con todos los datos, por supuesto, y les ruego que le den la máxima difusión al tema entre sus conocidos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Bicentenario en La Albuera. Dioramas 2.

2. La Albuera, 1811.

Los Batallones Ligeros I y II de la KGL, a las órdenes de Karl August von Alten, repelen el ataque de las fuerzas francesas a la aldea. Un pelotón del 5º Regimiento de Cazadores portugueses (o Regimiento de Campo Maior) se ha unido a la acción, así como varios vecinos del pueblo que han decidido plantar cara a los soldados galos. Mientras, varios monjes sorprendidos en el lugar por el combate contemplan la cruenta escena.

La tropa del Batallón Ligero II de la KGL lleva su casaca verde con tres filas de botones. Los Cazadores de Campo Maior, encuadrados en la brigada mandada por Richard Collins, llevan una mezcla las primeras casacas con alamares amarillos y las posteriores a Julio de 1809, cuando se ordenó que los alamares pasasen a ser negros. Van tocados con la “barretina”, chacó portugués antecesor del modelo “belga” utilizado posteriormente por la infantería británica.

Si bien, por las memorias del mariscal francés Soult, sabemos que las tropas francesas que llevaron el esfuerzo principal en La Albuera fueron las pertenecientes al 16º Regimiento de Infantería Ligera de la brigada Godinot, se ha optado por integrar en el diorama infantería de línea del 51º Regimiento, dada la poca calidad de las figuras disponibles en el mercado que representan infantería ligera.

3. El Regimiento de Irlanda en combate.

Una compañía mixta de granaderos y fusileros del Regimiento de Infantería Irlanda, caracterizada por el color azul turquí de sus casacas, encuadrado en la División 4, 4º Ejército, mandada por José Pascual de Zayas, impide mediante un fuego continuo y sostenido el despliegue de un batallón del 34º Regimiento de Infantería de Línea galo, de la División 1 bajo las órdenes de Jean Baptiste Girard. Les apoya media batería servida por artilleros españoles que riega de metralla las filas enemigas.

La tropa española aparece mejor uniformada de lo que realmente estaría en esa época (como en general todas las figuras de todos los dioramas, ya que a esta escala no merece la pena entrar en detalles de la vestimenta y el equipo que no se van a apreciar por la pequeñez de las figuras). Aún así, se ha querido representar la heterogeneidad de los uniformes de cuatro maneras:

§ añadiendo distintos tocados (pueden verse gorros de faena, chacós británicos y franceses reaprovechados, morriones de granadero francés e incluso algún casco de dragón)

§ equipando a algunos soldados con mochilas británicas (de color negro) y a otros careciendo de ellas

§ dotando a otras cuantas figuras con uniforme francés completo, ya que dada la escasez de suministros la intendencia española aprovechaba todo el material utilizable capturado al enemigo

§ por último, integrando algunas figuras vestidas de paisano cuyo único aditamento militar es el bicornio.

Todo ello aparece recogido en escritos y documentación de la época y posteriores.

En cuanto a los granaderos, algunos conservan todavía el morrión de piel coronado por la hermosa manga bordada que caracterizaba a los españoles. Sendos abanderados portan la bandera coronela del regimiento (la que tiene escudo circular rodeado por el Toisón de Oro) y la de ordenanza (la de la cruz de San Andrés roja). En ambas se puede apreciar el blasón de los regimientos irlandeses, un arpa dorada sobre fondo azul.

Detrás de los soldados forman los tambores y pífanos del regimiento que con sus instrumentos transmiten órdenes y enervan el espíritu de combate. Más atrás un fraile, capellán de la Unidad, arenga a los españoles para que no tengan piedad de los franceses, en la línea de gran parte del clero que en la época olvidó las enseñanzas cristianas en lo que se refería a modos de combatir al invasor.

En cuanto a la fuerza francesa despliega en primer lugar, como era usual, la compañía de granaderos, ya muy diezmada por el fuego de fusilería y el cañoneo español, por lo que con ella empiezan a mezclarse fusileros de la 2ª compañía (pompón azul celeste) que van cerrando columna por la izquierda. Entre ésta y la compañía de granaderos vemos al abanderado del regimiento con sus dos escoltas armados de alabarda y pistolas y al tambor mayor (distinguible por el colback con manga roja y la maza que empuña) que ocupa una posición un tanto comprometida, ya que su lugar en el ataque es detrás de la última compañía de fusileros, junto a los tambores, encargados, en combate o tras él, de retirar heridos y prestar asistencia sanitaria.

Los cazadores se han desplegado a derecha e izquierda de la compañía de granaderos, ocupando el sitio que llenará el batallón al desplegarse. Descienden la loma las compañías 1ª (pompón verde) y 3ª (pompón anaranjado).

lunes, 2 de mayo de 2011

Bicentenario en La Albuera. Dioramas 1

Un grupo de maquetistas y modelistas, Recreaciones Históricas en Miniatura:
recreacioneshm@gmail.com, ha realizado para el Museo de La Albuera una serie de dioramas, representaciones a escala de acciones y lugares, sobre la batalla librada en la localidad el 16 de mayo de 1811, que permanecerán expuestos hasta el día 18 de mayo en el Centro de Interpretación de la villa.
El primero de ellos representa el avance francés sobre el pueblo de la Brigada Godinot, esfuerzo realizado sobre el extremo derecho del despliegue aliado a fin de distraer la atención del verdadero ataque por la derecha aliada. La Asociación Cultural "Voluntarios de Castilla" colaboró en el asesoramiento y ambientación histórica de los dioramas, que se hallan plenos de detalles de los cuales reseñamos algunos extraídos de la explicación elaborada para los visitantes:

1. Acción en el puente de La Albuera.

El Primer Batallón Ligero de la Real Legión Alemana (King’s German Legion), compuesto por refugiados alemanes encuadrados en las filas británicas, comienza a replegarse hacia la aldea ante el empuje del 51º Regimiento de Línea francés, de la brigada del general Nicolás Godinot.

Los soldados del Primer Batallón Ligero de la KGL se distinguen por la única fila de botonaduras en sus casacas. Varios de ellos van armados con el fusil Baker, más corto que el fusil reglamentario de la infantería británica.

Al frente del regimiento francés va una compañía de granaderos, los soldados más altos y decididos, distinguible por los pompones y hombreras rojas. Les siguen las compañías 3ª (pompón color anaranjado) y la 2ª (pompón color azul celeste).

Mientras, una sección de la compañía de cazadores (voltigeurs) del mismo regimiento, reconocibles por sus plumeros verdes y amarillos y hombreras con los mismos colores ha comenzado a vadear la ribera.

Aunque la infantería napoleónica no solía llevar bandera en combate, sino únicamente el asta azul coronada por un águila de bronce, se ha optado por añadirla para dar mayor vistosidad al conjunto, ya que a esta escala el asta desnuda pasaría casi completamente desapercibida.

A la entrada del puente dos oficiales de Estado Mayor, uno de ellos recién llegado al galope, observan el paso de la fuerza francesa, acompañados por una escolta compuesta por dos dragones, cuyos caballos y el del oficial al que acompañan quedan fuera de escena.