jueves, 31 de marzo de 2011

Extremadura Militar 1768.

El Estado Militar comienza a publicarse, en 1768, dentro del “Kalendario manual y Guía del Forastero” que ya se venía publicando en Madrid desde 1722 con carácter anual.

Además de las noticias propias de un Calendario, fiestas, días de gala y actividades de la corte, ofrecía todo tipo de detalles sobre la organización política y administrativa del reino, con nombres de los altos cargos públicos, destinos y, en algunos casos hasta con la dirección particular, evidentemente engloba toda la información de las Indias, Asia, África, puntos fuertes y embajadas.

En 1768 comienza a publicarse, además, el Estado Militar, con información completa por empleos, hasta nivel de teniente coronel, y destinos: Unidades, regimientos, acuartelamientos, capitanías, plazas fuertes... en fin, lo que hemos conocido como “escalilla" especificando el destino. Donde el establecimiento o unidad es de mando inferior al mencionado de teniente coronel aparece también el nombre y empleo.

Muy curioso y un fondo documental imprescindible para conocer y, sobre todo, poder datar documentación que encontremos y de la que desconozcamos la época en que pudo ser emitida.

Como ya hemos señalado el carácter de esta publicación es anual, elaborada, por lo que hemos podido colegir, con información recopilada en los últimos meses del año anterior. Como toda regla tiene excepción en alguna, muy escasa, ocasión los nombramientos son de fechas muy cercanas a lo publicado y aparecen actualizados. En la mayoría de las ocasiones han cesado en los primeros días del año y se reflejan, así como tampoco aparecen, es lógico, aquellos nombramientos en que destino y cese ocurren dentro del mismo año natural.

Sea como fuere el Estado Militar es una fuente inagotable de conocimiento sobre la Organización militar de España.


Capitanía general de Extremadura

Capitán General: Juan Gregorio Muniaín.

2º Cmte. Gral: Mariscal de campo marqués de Camarena.

Secretario: Pedro Cerezal.

Intendente de Ejército: Sebastián Gómez de la Torre.

Contador de Ejército: Joaquín Nicolás de Yturbe.

Tesoreros de Ejército: Francisco Fernández, alterna a cada año con Miguel de Tornos.

Auditor de Guerra: Tomás González Vaca.

Asesor de la capitanía: Tomás González Vaca.


Badajoz

Gobernador Militar: Mariscal de campo marqués de Camarena.

Teniente de Rey: Coronel Melchor de Barreda.

Sargento Mayor: Capitán Tomás de Samper.

Gobernador del Fuerte de San Cristóbal: Capitán Manuel Gallego.


Alcántara

Gobernador: Brigadier Martín de Mayorga.

Teniente de Rey: Teniente coronel Domingo Badolato.

Sargento Mayor: Juan del Olmo.


Alburquerque

Gobernador: Brigadier Francisco Ignacio de Solís.

Teniente de Rey: Coronel Carlos Manin.

Sargento Mayor: José Santos.


Castillo de Alconchel

Gobernador: Capitán Francisco Franquín.


Valencia de Alcántara

Gobernador militar y político: vacante

Sargento Mayor: Simón Pedro Rodríguez.


Mérida

Gobernador en la Orden de Santiago: vacante


Llerena

Gobernador: Coronel marqués de Valdeloro.


Villanueva de la Serena

Gobernador: Capitán Juan de Mendoza.


Jerez de los Caballeros

Gobernador en la Orden de Santiago: José de Quevedo.


Gata

Gobernador en la Orden de Alcántara: Capitán Fernando María de Ulloa.


Castillo de Trevejo[1]

Gobernador: Teniente Francisco Retamar.


Regimiento de Milicias Provincial de Badajoz:

Fundado en 1734, consta de un batallón. Coronel, brigadier Juan de Quevedo; teniente coronel, coronel graduado Alonso Zambrano; sargento mayor, teniente coronel de Infantería Manuel de la Hoya.

Uniforme: Azul con vuelta, solapa y collarín encarnado, botón dorado.


Regimiento de Milicias Provincial de Trujillo:

Fundado en 1734, consta de un batallón. Coronel José de Quiñones; teniente coronel, Pedro de Torres; sargento mayor, teniente coronel Narciso Muñiz.

Uniforme: Azul con vuelta solapa y collarín encarnado, botón dorado.


Regimiento de Milicias Provincial de Plasencia:

Fundado en 1766, consta de un batallón. Coronel Miguel Aniano de Vargas; teniente coronel, Pedro Barona; sargento mayor, García García Hidalgo.

Uniforme: Azul con vuelta solapa y collarín encarnado, botón dorado.


Milicias Urbanas de Badajoz:

Fundada en 1762, catorce compañías. Comandante, mariscal de campo marqués de Camarena, gobernador de la plaza.

Uniforme: Azul, vuelta collarín y forro encarnado, botón blanco, ojal blanco a los dos lados.


Milicias Urbanas de Alburquerque:

Fundada en 1762, ocho compañías. Comandante, brigadier Francisco Ignacio de Solís., gobernador de la plaza.

Uniforme: Azul, vuelta collarín y forro encarnado botón blanco, ojal blanco a los dos lados.


Milicias Urbanas de Alcántara:

Fundada en 1762, seis compañías. Comandante, brigadier Martín de Mayorga, gobernador de la plaza.

Uniforme: Blanco con divisa verde y collarín negro.


Milicias Urbanas de Valencia de Alcántara:

Fundada en 1766, seis compañías. Comandante, vacante.

Uniforme: Azul, vuelta collarín y forro encarnado botón blanco, ojal blanco a los dos lados.


Compañías de Inválidos Hábiles, en Extremadura:

En organización.


[1] Aparece dependiente de la Capitanía general de Castilla la Vieja.

domingo, 13 de marzo de 2011

El "Castilla" en África, campaña de 1859-60.

La Guerra de África de 1859-60 había comenzado, con la declaración de guerra a Marruecos, en 22 de octubre de 1859. El Regimiento de Infantería "Castilla" tomó parte en la campaña con sus dos batallones, entrando en combate en casi todos los enfrentamientos habidos:

Ya ocupada la ciudad de Tetuán, 6 febrero de 1860, las fuerzas españolas se preparan para continuar el avance en dirección a Tánger. El Regimiento de Infantería "Castilla" forma parte de la Brigada mandada por el general Paredes del II Cuerpo de Ejército mandado, en aquellas fechas, por el general Prim.

Se cumplen pues 151 años de aquellos combates.

Día 11 de marzo de 1860: Acciones de Samsa y Sierra Bermeja.

Comienzan a desplegarse en las alturas que dominan Tetuán, en torno a la aldea de Samsa, gran número de fuerzas enemigas. El intento de alejarlas de la ciudad se convierte en un combate en toda regla marcado por lo accidentado del terreno y la feroz resistencia de los marroquíes. El parte oficial las describe así:

...ESTADO MAYOR GENERAL.- Excmo. Sr.: Me hallaba oyendo misa antes de ayer, domingo, cuando vinieron a darme parte de que en la llanura que hay en dirección a Tánger se había presentado una fuerza enemiga de 400 a 500 caballos, ...a cosa de la una comenzaron a desprenderse de la fuerza retrasada grandes grupos, dirigiéndose unos obre nuestro frente, otros a pasar el río Jelú y por último, los más crecidos, sobre nuestra derecha, en la dirección de las alturas que dominan el pueblo el pueblo de Samsa y unas posiciones que se hallan entre él y nuestro campo. Entonces, al mismo tiempo que mandé poner sobre las armas al resto del primer Cuerpo, hice avanzar el Segundo, dos escuadrones del regimiento de artillería de á caballo y la división de caballería... entre tanto esto sucedía el enemigo, que había venido oculto por la derecha del río hasta nuestra izquierda, lo atravesó e intentó envolverla...llegaron los escuadrones de artillería y los desplegué...rompieron ambos el fuego, y fue tan vivo y certero, que limpiaron el frente, retirándose el enemigo... pero manifestando marcadamente la tendencia de dirigir sus esfuerzos sobre nuestra derecha, pues especialmente de infantería aumentaba su número por aquel lado, que se prolongaba a las altas cimas de Tivel-el Dersa, o sea Sierra Bermeja.

En su consecuencia ordené al general Echagüe que...se dirigiese a aquella parte para arrojar al enemigo de las posiciones que había ocupado en el pueblo de Samsa, lo que efectuó...más como [el enemigo] podía retirarse en la dirección de los montes de Gualdrás, hice avanzar la brigada Paredes, del segundo Cuerpo, para que se interpusiese y ordené al general O’Donnell [Enrique] que con su división cubriese la izquierda, marchando por las faldas de los montes de su frente.

El movimiento se hizo con una celeridad y decisión admirable: los moros cortados en su retirada natural, y acosados por el general Echagüe, se encontraron en una situación desesperada, teniendo que trepar para salvarse una peña escarpada que parecía imposible venciesen como lo efectuaron, pero no sin dejar antes un gran numero de cadáveres causados por el fuego y la bayoneta de nuestro soldados. Empeñado ya el combate, quise arrojar al enemigo de todas las posiciones...al efecto ordené al general Orozco que con dos batallones de su división reforzase la izquierda... al general Ríos, comandante en jefe del cuerpo de reserva...tomase la parte culminante del Tivel-el Dersa... y por último, previne al general García[1], jefe de Estado Mayor General, que de mi orden se había trasladado a la derecha, que hiciese tomar las alturas de Samsa, donde el enemigo parecía querer sostenerse.

La operación se ejecutó según había ordenado y simultáneamente... el general Ríos trepó a lo más alto de la sierra y persiguió en ella a los enemigos que la ocupaban; y por último el general Paredes con su brigada, aumentada con el primer batallón de Navarra y cuatro compañías de cazadores del de Chiclana, a cuyo frente marcho mi primer ayudante de campo general Ceballos[2], sostenido por la fuerza del primer Cuerpo mandada por el general Lasaussaye[3], a cuyo frente iban los generales Echagüe y García, llegó en pocos instantes a las alturas de Samsa, que al parecer el enemigo tenía empeño en defender, y que sin embargo dejó, retirándose a los altos montes de Gualdras, posiciones que, dominándose sucesivamente, son tan fáciles para la defensa como difíciles para el ataque.

Asegurado ya el éxito en toda mi izquierda y centro, me trasladé a la derecha, adonde llegué pocos momentos después de ser ocupadas las alturas y enseguida ordené el ataque de todas las posiciones que ocupaban aún los moros, a pesar de lo avanzada que estaba la tarde.

El ataque se verificó por cuatro compañías de Chiclana y el primer batallón del regimiento de Navarra, mandadas por el coronel Lacy [4], y sostenidas a su vez por la brigada Paredes y fuerzas del primer Cuerpo a las del general Echagüe.

El enemigo fue sucesiva y prontamente arrojado de todos los puntos que ocupó , a pesar de la resistencia que en cada uno trató de oponer y al anochecer ocupé la parte más culminante de las sierras de Gualdras, distante más de legua y media de Tetuán...

Muy de noche y no llevando las tropas lo necesario para campar, dispuse que todas las fuerzas se replegasen a sus campamentos, lo que ordenaron los generales respectivos y por la derecha lo encomendé al general Echagüe, que a las once de la noche entraba en el suyo con el último batallón, sin que se le hubiese disparado un solo tiro.

Nuestra pérdida en este día ha sido de un jefe, dos oficiales y 19 individuos de tropa muertos; tres jefes, 14 oficiales y 174 individuos de tropa heridos y un jefe, siete oficiales y 174 individuos de tropa contusos...la del enemigo la considero muy grande, habiendo podido juzgarla por las circunstancias del combate y la multitud de cadáveres que en los campos quedaron a pesar de su empeño en retirarlos. Entre estos había algunos jefes importantes y hoy he sabido de un modo positivo que ayer murió de resultas de una grave herida que recibió el Cerid-El- Jac que era el que mandaba en jefe la acción. Una vez más me es satisfactorio manifestar a V. E. que generales, jefes, oficiales y soldados han cumplido con su misión respectiva a mi entera satisfacción y que todos se han hecho acreedores a la consideración de S. M. la Reina nuestra señora.

Creo deber por último manifestar a V. E. que los oficiales prusianos, barones ruso y austriaco que siguen a este cuartel general, estuvieron constantemente en los puntos más avanzados y de más riesgo, cargando con nuestras guerrillas; habiendo sido herido, aunque levemente, el barón de Jena, oficial de cazadores de la guardia del Rey de Prusia.

Dios guarde a V. E. muchos años. Cuartel general del campamento de Tetuán 12 de marzo de 1860.- Leopoldo O’Donnell. Excmo. Sr. Ministro de la Guerra.

En este día el “Castilla” tuvo tres muertos, cinco heridos y nueve contusos. Recibió las siguientes recompensas: Empleos 2; Grados 2; Cruces de María Isabel Luisa 15.

El Boletín de Administración Militar nº 158, de 15 de marzo, hace estas reflexiones:

NOTICIAS DE ÁFRICA. Nuestros pronósticos sobre el impedimento que opondría a las operaciones el temporal, propio del mes en que nos hallamos, se han realizado desgraciadamente por completo. Aparentando ceder en algunas horas, ha vuelto a arreciarse de tal modo que ni el ejército podía pensar en moverse, ni la escuadra ha podido comunicar con tierra sino en momentos dados y con grandes dificultades.

Y sin embargo, algunos hombres, algunos diarios también, han sido llevados por su impaciencia hasta llegar a la censura. Que poco han reflexionado en lo que precisa un ejército, de 30000 hombres, que va a operar en un país enemigo que nada ofrece de material de guerra y de avituallamiento. Que poco han contado lo que aparte del ganado de la Caballería y de la Artillería es preciso de bestias para conducir los repuestos de municiones. Que olvidadizos han estado de que esas mismas bestias son un estorbo, porque en un país como el África hay que llevar también el alimento para ellas; ¿ y la tropa puede marchar y batirse lo mismo azotados por el viento y el agua que con buen tiempo? ¿y los despliegues de las masas y el poner en posición las baterías, elementos que tantas ventajas nos proporcionan sobre el marroquí, se hace lo propio en un terreno seco que en otro inundado? Felizmente no es hombre el Duque de Tetuán que se arrebata por clamores irreflexivos.

Por otro lado la barbarie y ferocidad de una de las razas que pueblan aquella parte del África, y para la cual hay que convencerse que de nada sirve la caballerosidad y la grandeza, y que hay que combatirla hasta su exterminio, han venido de molde para entretener los ánimos y para aleccionar a gastar el supremo recurso con que contaba Sidi Mohamed. Su ejército, del que formaban el núcleo las kábilas de Melilla, esto es, los Riffeños, atacó el campamento de Tetuán el 11 por la mañana con fuerzas considerables. Las tropas los rechazaron, atacándolo a su vez y llevándolo, perseguido por sus bayonetas y por la Artillería, hasta legua y media. Esta vergonzosa huida debe haberle costado muy cara

Al día siguiente el enemigo ha vuelto a pedir la paz. Insistiremos en nuestras conclusiones, los que nos atacaron el día 11 eran la última esperanza del Imperio. Con ellos es imposible la paz.


[1] Mariscal de campo Luis García y Miquel.

[2] Coronel de infantería Francisco de Cevallos y Vargas.

[3] Brigadier Ricardo de Lasaussaye y Duffey, jefe de la Brigada de vanguardia del I CE.

[4] Coronel Mariano de Lacy Hernández, jefe del Regimiento “Navarra”, 1ª brigada /División 2/ II CE.

sábado, 12 de marzo de 2011

202 Aniversario de la muerte del Teniente Ruiz.

En la Sala del Estandarte del Regimiento de Infantería Mecanizada "Castilla" nº 16, de guarnición en Badajoz, en la Base Militar "General Menacho", se custodia una pequeña urna de plata con un puñado de tierra y cenizas. La inscripción señala que son restos de la tumba del Teniente de Infantería Jacinto Ruiz Mendoza, "el tercer hombre del 2 de Mayo".
Jacinto Antonio Ruiz Mendoza nació en Ceuta en 1779, ingresó como cadete en el Regimiento fijo de Ceuta en 1795, en 1801 es destinado con el empleo de subteniente al Regimiento de Infantería Voluntarios de Estado, Madrid, y asciende a teniente en marzo de 1807.
El dos de mayo de 1808 sale, al mando de su compañía, la 3ª del Batallón II, para unirse a los levantados contra el invasor en el Parque de Monteleón, donde se pone a las órdenes del capitán de Artillería Luis Daoiz. Junto al también capitán Pedro Velarde abren las puertas a los voluntarios paisanos y toman prisionera a la dotación francesa que custodiaba el Parque.
En los primeros ataques es herido en el brazo, continuando en combate, y en el asalto general recibe un disparo que desde la espalda le sale por el pecho. Es depositado con el resto de víctimas de la confrontación y cuando todo acaba, y se procede a retirar los muertos, se aprecia que continua vivo. Sus amigos y otros patriotas le curan y le ocultan de la represión y, algún tiempo después, sale de Madrid para presentarse en Badajoz, a pesar de su delicado estado de salud, donde pide reincorporarse a una unidad de combate. Ya por su heróica actuación la Junta Central, el Gobierno de España, le ha concedido el ingreso en las Reales Guardias Walonas y el grado de teniente coronel.
El "Diario de Badajoz" del 26 de julio de 1808 publica la siguiente noticia:

...Badajoz.- Don Antonio (sic) Ruiz y Mendoza, Teniente de Voluntarios del Estado, ha llegado a esta Plaza: le acompañan el Ayudante Mayor Don Julián Romero, el Teniente de Granaderos, graduado de Capitán Don José de Luna y el Subteniente don Francisco de Arcos, todos del mismo Regimiento. Don Jacinto Ruiz fue uno de los tres oficiales que el dos de Mayo hicieron en Madrid prodigios de valor, y una carnizería horrorosa en los Franceses, hasta que después de haber rendido una columna de trescientos Enemigos, cayeron agoviados por la muchedumbre que cargó sobre ellos, pero sin querer rendirse. Daoiz y Velarde murieron al pie de los cañones y con el sable en la mano; y Ruiz, con un balazo en un brazo y otro en las espaldas que le salió por el pecho cayó, y los enemigos le tubieron por muerto. Aún tiene abierta la llaga de la espalda; pero no pudiendo entretenerse por más tiempo, ni pudiendo tampoco contener a sus amigos y compañeros, que se habían comprometido a no abandonarlo, han burlado la vigilancia de los franceses y, huyendo de Madrid, han venido todos quatro a alistarse entre los defensores de la Patria...


Otros documentos sobre el teniente Ruiz en Extremadura nos señalan que la Junta Suprema de Extremadura le destina, en 27 de julio de 1808, al Regimiento de Infantería "Voluntarios de Cataluña".
El 6 de agosto del mismo, en Badajoz, el coronel Antonio Hernando le propone para Primer teniente de la 3ª compañía, Batallón II, del Regimiento de Infantería "2º de Mallorca".
El Barón de la Bárre le propone, en Badajoz el 21 de septiembre de 1808, para Primer teniente de la 4ª compañía del batallón de RR GG Walonas que él organizaba.
En 4 de octubre de 1808 presenta una instancia en Badajoz pidiendo se le conceda el "escudo de distinción" concedido por la Junta Suprema a los fugados de Portugal y unidos a las fuerzas contra el invasor...
La Junta contesta el mismo día de forma elogiosa concediendo el Escudo pero "...le señala la misma Suprema Junta otro nuevo Escudo de distinción como premio del valor, del qual deverá usar antes de aquel. Este escudo será una Corona de Laurel y en la circunferencia dirá: Por Ferndº 7º y la defensa del Parque de Artª el día dos de Mayo de 1808..."
Éste documento, el original, fue entregado por Román Gómez Villafranca, en 1908, al general Macón, gobernador militar de Badajoz, junto a otros más, para ser depositados en el Museo de Infantería de Toledo y hoy debe estar en los fondos del Museo del Ejército.
Es muy posible que por su estado no llegara a incorporarse al servicio activo en ninguna Unidad y que acompañara al Ejército de Extremadura en su marcha hacia Madrid en octubre, permaneciendo en Trujillo, en casa de unos parientes, hasta su fallecimiento en el día que hoy queremos conmemorar.
Tras dictar su testamento falleció en dicha localidad extremeña el 13 de marzo de 1809 y fue enterrado, al día siguiente, en la iglesia de San Martín. Tenía 29 años.
En 1909, el día del centenario de su fallecimiento fueron exhumados sus restos y trasladados a Madrid para, junto a los de Daoiz, Velarde y otros héroes ser inhumados en el Monumento al 2 de Mayo.
Ese día rindió honores una compañía del Regimiento de Infantería "Gravelinas" nº 41, a cuyo capitán se le extendió un certificado del acto y de los restos entregados, documento que también se conserva en el Regimiento "Castilla" y se mandó , por el Ministerio dela Guerra, que se hicieran esas pequeñas urnas que al principio citamos y podemos ver en las fotos del margen, que se entregaron a los regimiento de Infantería por entonces existentes.
En 1891 la reina regente, doña María Cristina, dispuso que el nombre del teniente Ruiz Mendoza figurara en cabeza de la "lista de revista" de la 1ª compañía del Batallón I, del Regimiento de Infantería "Inmemorial del Rey" nº 1 y que el Coronel del mismo contestara en el acto de la "revista de comisario", donde queda constancia de todos los componentes que forman parte de una Unidad militar:

"Como presente, muerto gloriosamente a consecuencia de las heridas recibidas en el Parque de Monteleón"

Hasta no hace muchos años, éste que escribe lo ha visto y es fácil comprobarlo, el nombre del Teniente Jacinto Ruiz Mendoza del Regimiento de Infantería "Voluntarios de Estado" figuraba el primero en la escalilla general de tenientes de Infantería del Ejército español, hoy ...no.

Sirvan estas líneas como homenaje y recuerdo a un hombre que, en tiempos de riesgo, supo cumplir con su deber hasta sus últimas consecuencias.


viernes, 4 de marzo de 2011

Bicentenario del General Menacho. Conmemoración.


Hoy, 4 de marzo de 2011, se ha celebrado la conmemoración del bicentenario de la muerte en combate del mariscal de campo don Rafael Menacho y Tutlló.
El acto se llevó a cabo en el baluarte de Santiago de la plaza de Badajoz, lugar en que murió y donde se alza el monolito colocado en su memoria en 1893.
Rindió honores una compañía formada por una sección del Regimiento de Infantería "Saboya" nº 6, una sección del Grupo de Artillería XI y otra del Batallón de Zapadores XI.
La presidencia militar la ostentaba el Coronel jefe accidental de la Brigada "Extremadura" XI, Salvador Cuenca y la civil el alcalde presidente del Ayuntamiento de Badajoz, Miguel Ángel Celdrán. Formaba además una sección del regimiento "Saboya" con uniformes del siglo XVII y la banda de guerra de la Brigada.
Hubo alocución, introductoria, por el cronista oficial de la ciudad y después por las presidencias, acto en honor de los caídos, con descarga de fusilería y se colocó una corona de honor en el monumento por parte de los señores Alcalde de la ciudad y Coronel jefe de la BRIMZ.
Tras este acto los invitados y concurrentes se dirigieron a la catedral, la sección de honores, de época, se trasladó desfilando por las calles de la ciudad, Menacho y Hernán Cortés, cubriendo carrera el resto de fuerzas de la compañía.
En la Catedral de San Juan Bautista, en el claustro, ante la tumba del General Menacho, custodiada en guardia de honor por cuatro soldados de Infantería del Regimiento de Infantería "Castilla"nº 16 ataviados con el uniforme fundacional del siglo XVIII, habló nuevamente el cronista de la ciudad para glosar el acto a celebrar, se oyó el toque de oración por parte de la banda de guerra, mientras las campanas mantenían diez minutos de repique, a las doce del mediodía, y nuevamente la presidencia conjunta ofrecía una corona de flores ante el mausoleo. Posteriormente el Alcalde, acompañado del Teniente coronel de Artillería Luis García-Menacho, descendiente del heroico homenajeado, descubrió una placa que rememora el acto celebrado y reitera el recuerdo y agradecimiento del pueblo badajocense a quién murió en su defensa, dándose por finalizado el acto a continuación.

jueves, 3 de marzo de 2011

Bicentenario del General Menacho. Exhumación.

Esta es el Acta notarial de la Exhumación, que reproducimos del artículo de Del Solar y Taboada en 1910:

Hecha la apertura de la bóveda por el maestro alarife D. Antonio Valentín Núñez, se encontró la armadura de una caja mortuoria y dentro de ella el esqueleto de un hombre; una gorra militar de paño con insignias; una faja militar de seda de color hoy indefinido, por efecto de la acción del tiempo, con borlas; un bastón de mando; una espada; un calzón de punto; restos de una casaca militar, y un par de botas altas, todo lo que acreditaba, según opinión de personas competentes, ser un Gefe Militar de la categoría del que se trata. Dicho esqueleto se hallaba en posición de cubito supina con todos sus huesos completos en un estado normal a excepción del húmero derecho que estaba fracturado en su tercio inferior, a unos ocho centímetros de la articulación del codo, siendo la acción casi regular y como si hubiese sido producida por un cuerpo contundente de gran violencia que destruyera toda la masa hosea que se presentara a su paso, resultando de esto un acortamiento de dicho hueso comparado con el opuesto: en el húmero izquierdo había vestigios de una antigua fractura, ya bien consolidada y también a la altura de unos ocho centímetros de la articulación húmero embital, sin que hubiera otra lesión en el resto del esqueleto. Sobre la cara anterior del Sacro se encontró un proyectil de forma esférica, de hierro fundido, análogo a los granos de metralla de mayor volumen. Este proyectil estaba solamente posado y sin adherencia ninguna a dicho hueso, notándose tan solo la impresión que su presencia había producido, por encontrarse allí antes de la putrefacción y acomodarse a su alrededor los detritus, formando estos una cabidad igual al dicho proyectil; deduciéndose que siendo el proyectil mayor que los espacios intercostales, tenía necesariamente que haber practicado alguna costilla si su entrada hubiera sido por el pecho, pues como las costillas están íntegras, hay que suponer que su entrada fue por la pared del vientre, y tal vez después de haber chocado en un cuerpo no muy duro como tierra o madera, pues que no tenía impresión ninguna, pero que le quitó la fuerza necesaria para no atravesar el cuerpo del finado y si solo penetrar en la cavidad del vientre donde por la acción de la gravedad buscó el punto mas declive, que fue el sitio donde se le halló. Recogidos los huesos que constituían dicho esqueleto, se encerraron en una caja pequeña de cinc, de figura rectangular y pintada de color verde, con la siguiente inscripción: “Restos del Excelentísimo Señor D. Rafael Menacho”

Los restos y cenizas se recogieron en una caja de zinc que se colocó en el altar mayor. El día 4, tras la misa de funeral, fue trasladada al claustro y colocada en un nicho excavado en la pared que se cerró con una lápida, costeada por el Ayuntamiento de la ciudad según acuerdo de 22 de diciembre de 1879, que lleva esta inscripción:

“R. I. P. Aquí han sido trasladados los restos del Excmo. Sr. D. Rafael Menacho, Gobernador de esta plaza, muerto gloriosamente defendiéndola contra los ejércitos franceses en 4 de marzo de 1811. El Ayuntamiento y la Comisión provincial de Monumentos dedican este recuerdo a su acrisolada lealtad. 3 de marzo de 1880”. [1]



[1] Esta placa se custodia en la actualidad en el Museo Arqueológico provincial de Badajoz.

Bicentenario del General Menacho. Memoria.

El obelisco de 1893.

Fue erigido en 1893 por suscripción de los militares de Extremadura, disponiéndose de aproximadamente un día de paga de cada uno de ellos. Fue el último acto público que celebró la Capitanía General de Extremadura, desaparecida ese mismo año, mandada por el general Federico Ezponda y organizada la celebración por una Comisión compuesta por Julio Carande por el estamento militar, Cayetano Rodríguez Medina por el Ayuntamiento[1] y José Díaz Macías por la prensa local.

Hubo procesión cívica hasta el baluarte y se procedió a la inauguración, bendecida por el Obispo de la diócesis, Fray Francisco Sáez de Urturi, que pronto sería nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba. Tras la misa de campaña y los discursos de rigor el general don José Gragera, decano de los militares de la plaza, hizo entrega de la obra al Ayuntamiento y la comitiva se trasladó a la catedral para rezar un responso ante la tumba del claustro. Terminando los actos con un desfile militar.

El obelisco está diseñado por el Ingeniero militar Julio Carande Galán y la ejecución es de los marmolistas y escultores Antonio Zoido y Antonio Almendros. La escalinata y el pedestal son de mármol de Alconera, la columna de Borba (Portugal) y las lápidas de mármol de Italia.

A grandes rasgos puede describirse como de planta sensiblemente cuadrada con altura de tres escalones, sobre los que se asienta el fuste de una columna que se prolonga en sus extremos hasta tomar planta de cruz griega, en cada uno de sus brazos aparece un león sedente sujetando una cartela con el escudo de cada una de las principales Órdenes militares españolas. El friso lleva en cada uno de sus frentes bajorrelieves con motivos y trofeos militares y sobre él se eleva una columna de orden jónico, acanalada y rematada sobre el capitel por un tulipán abierto cuya corola toma forma de bomba de artillería. La altura total del monumento alcanza los ocho metros.

La comisión gestora, para su construcción, la formaban: coronel de Caballería Pedro Calderón de la Barca, jefe del Regimiento de Caballería de reserva nº 6; teniente coronel de Infantería Aureliano Muñoz Manso, del Regimiento de Infantería “Castilla” nº 16; teniente coronel de Ingenieros José Albarrán y García-Marqués; teniente coronel de Caballería José Fernández de la Puente; capitán de Artillería José del Pozo y capitán de Ingenieros Julio Carande Galán.

Al hilo de esta celebración, el alcalde Cayetano Rodríguez solicita autorización, en 15 de septiembre de 1892, para construir una escalinata para acceder de modo cómodo y noble al citado monumento, ya que la que hay es de tierra y es necesario repararla de continuo, el proyecto de la obra es del arquitecto municipal Tomás Brioso, de septiembre de 1891, y la autorización del Ministerio de la Guerra es de 15 de octubre de 1892.



[1] Era Alcalde de Badajoz don Sancho Sanabria y Zancada desde enero, el anterior alcalde lo fue el propio Rodríguez Medina.

Bicentenario del General Menacho. Mausoleo.

Mañana día 4, exactamente, se cumplirán 200 años de la muerte en combate del Mariscal de Campo don Rafael Menacho y Tutlló.
En honor a su memoria dictamos ayer una conferencia, junto a don Fernando Ortiz Martínez, de la que extraeré algunos textos que puedan ayudar a conocer, no la figura del soldado, que ya ha sido tratada en muy diversos foros, sino las celebraciones en su recuerdo. Comenzaremos por la tumba que ocupa, en el Claustro de la Catedral de Badajoz.

La obra fue encargada al capitán de Ingenieros Antonio Moreno Zubía que diseñó todo el conjunto, en mármol; los leones y el busto fueron ejecutados por el escultor y artesano Julio Clivillés Serrano,[1] la marmolería la trabajó Antonio Almendros y los bronces decorativos son de Fernando Bigeriego,[2] que hubo de realizar un gran esfuerzo técnico ya que su empresa trabajaba solo hierro. En un principio estaba proyectado que los leones del monumento también fueran en bronce, pero la falta de fondos lo impidieron.

De las cuestaciones realizadas daban cuenta los diarios de la ciudad así, por ejemplo sabemos algunas aportaciones de instituciones y particulares: Sociedad Liceo de Artesanos, 10 pesetas; Isidoro Osorio, 2; Mateo Balsera Arregui, 1; Camilo Márquez, 1; Carlos del Fresno, 0’25; Manuel Cabanillas, 0’50; Francisco Bermejo, 0’50; Teodoro Álvarez, 0’25; Vicente Herrero, 1; Enrique Cabezas, 1, Julián P. Serván, 1; Juan Bautista Fernández, 0’50; Manuel Maldonado, 0’25; Saturnino Sanabria, 0’25; Ángel Amor, 0’25; Baldomero Pérez de Soto, 2 y otras cantidades anónimas o con iniciales que suben lo recaudado a 2837’25 pesetas el día de la fecha.[3]

En la mañana del 2 de mayo de 1912, fecha establecida para la inauguración del mausoleo se organizó la procesión cívica que, saliendo del palacio municipal, se dirigió al baluarte de Santiago. Formaban en ella un piquete de la guardia civil a caballo que abría el desfile, luego los guardias rurales, los municipales y la escuadra de bomberos.

Seguía la presidencia: el alcalde Galache Hoyuelos, los generales Domingo Recio y Vicente Ambel, el gobernador civil interino Chinchilla, los coroneles de los tres regimientos acantonados en la plaza y otras autoridades con representantes de cuerpos e institutos civiles y militares. Cerraban la comitiva un batallón de infantería, del Regimiento “Gravelinas” nº 41 y un escuadrón de caballería del Regimiento de Cazadores de “Villarrobledo” nº 23.

Ante el monolito se rezó un responso y el batallón de “Gravelinas” realizó las tres salvas de ordenanza y honor.

Se retornó a la Catedral para la misa de funeral, ocupando las autoridades el frontal del altar mayor, el público la nave de la izquierda, la de la Antigua, y un batallón del Regimiento “Castilla” nº 16 ocupó en formación la nave de la derecha, la de San Blas.

La Misa solemne fue oficiada por don Mariano Zabala asistido por los señores Delfín Carballar y Julián Torrijos. Una escuadra de gastadores de “Castilla” escoltaba el altar.

Terminada la misa pasaron las autoridades, cabildo catedralicio, comisiones, invitados y el batallón al claustro.

Allí se procedió a la inauguración del panteón que ahora vemos, que se encontraba tapado con la bandera nacional y con una guardia de honor del Regimiento “Castilla”.

El monumento fue descubierto por el general gobernador militar, mientras sonaba la marcha Real, que pronunció una palabras alusivas al acto, y tomó luego la palabra el vizconde del Parque que tras agradecer al pueblo de Badajoz su contribución a la construcción de ese recuerdo hizo entrega al cabildo catedral del mismo, para su custodia y protección. Respondió el señor deán con palabras de agradecimiento y con un recuerdo a los soldados que combatían en África en aquellos momentos.

Durante el acto, la banda de música de “Castilla” interpretaba diversas piezas desde el jardín central del Claustro. Todas las fuerzas que habían tomado parte en los actos desfilaron posteriormente por la plaza de San Juan delante de las autoridades.



[1] Profesor de Composición Decorativa y Vaciado de la Escuela Municipal de Artes y Oficios en 1918.

[2] La empresa de Mecanización Extremeña de Bigeriego se asentaba en amplios talleres de la calle de B. J. Gallardo, frente al Parque de Ingenieros de la plaza. Bigeriego, entre otras muchas obras de ornato público fue el autor del templete de la música del Paseo de San Francisco en 1894.

[3] Noticiero Extremeño de 21 mayo 1911.

martes, 1 de marzo de 2011

Bicentenario del General Menacho

Doscientos años se cumplen el 4 de marzo, de la muerte en combate del mariscal de campo Rafael Menacho y Tutlló.
Menacho era el jefe de la plaza fuerte de Badajoz en 1811, cuando fue asediada por los franceses que, al mando del mariscal Soult, intentaban ocuparla dentro de la ofensiva encaminada a cooperar con el mariscal Massena, detenido e impotente frente a los ejércitos aliados atrincherados en la línea fuerte de Torres Vedras.
Menacho era relativamente joven en 1810, contaba 42 años cuando el 23 de septiembre fue nombrado..." mariscal de campo, Gobernador militar y político de la plaza de Badajoz y General en jefe de su guarnición, con absolutas facultades en todas las jurisdicciones..."
El día 2 de marzo, en las antiguas Casas Consistoriales de Badajoz, en la Plaza Alta, a las 20'30 horas, junto con Fernando Ortiz, consocio de la Asociación Cultural "Voluntarios de Castilla", presentaremos una exposición, charla-coloquio, sobre la figura de este soldado, vista a través de su recuerdo en la ciudad en los últimos doscientos años.
Hemos puesto por título a nuestra intervención: "Hace doscientos años. El general Menacho" y será la primera de una serie de conferencias que sobre Badajoz en la Guerra de la Independencia se organizan en este año del bicentenario de los Sitios. Cuando dispongamos de la programación completa, que mañana se hará pública a los medios de comunicación, la traeremos a estas páginas.
Si podemos anunciar que el próximo día 4, viernes, coincidiendo con la fecha de su muerte se llevará a cabo un acto cívico-militar en el baluarte de Santiago, ante el monolito, y luego habrá una ofrenda ante su tumba en el claustro de la catedral de Badajoz.