La obra fue encargada al capitán de Ingenieros Antonio Moreno Zubía que diseñó todo el conjunto, en mármol; los leones y el busto fueron ejecutados por el escultor y artesano Julio Clivillés Serrano,[1] la marmolería la trabajó Antonio Almendros y los bronces decorativos son de Fernando Bigeriego,[2] que hubo de realizar un gran esfuerzo técnico ya que su empresa trabajaba solo hierro. En un principio estaba proyectado que los leones del monumento también fueran en bronce, pero la falta de fondos lo impidieron.
De las cuestaciones realizadas daban cuenta los diarios de la ciudad así, por ejemplo sabemos algunas aportaciones de instituciones y particulares: Sociedad Liceo de Artesanos, 10 pesetas; Isidoro Osorio, 2; Mateo Balsera Arregui, 1; Camilo Márquez, 1; Carlos del Fresno, 0’25; Manuel Cabanillas, 0’50; Francisco Bermejo, 0’50; Teodoro Álvarez, 0’25; Vicente Herrero, 1; Enrique Cabezas, 1, Julián P. Serván, 1; Juan Bautista Fernández, 0’50; Manuel Maldonado, 0’25; Saturnino Sanabria, 0’25; Ángel Amor, 0’25; Baldomero Pérez de Soto, 2 y otras cantidades anónimas o con iniciales que suben lo recaudado a 2837’25 pesetas el día de la fecha.[3]
En la mañana del 2 de mayo de 1912, fecha establecida para la inauguración del mausoleo se organizó la procesión cívica que, saliendo del palacio municipal, se dirigió al baluarte de Santiago. Formaban en ella un piquete de la guardia civil a caballo que abría el desfile, luego los guardias rurales, los municipales y la escuadra de bomberos.
Seguía la presidencia: el alcalde Galache Hoyuelos, los generales Domingo Recio y Vicente Ambel, el gobernador civil interino Chinchilla, los coroneles de los tres regimientos acantonados en la plaza y otras autoridades con representantes de cuerpos e institutos civiles y militares. Cerraban la comitiva un batallón de infantería, del Regimiento “Gravelinas” nº 41 y un escuadrón de caballería del Regimiento de Cazadores de “Villarrobledo” nº 23.
Ante el monolito se rezó un responso y el batallón de “Gravelinas” realizó las tres salvas de ordenanza y honor.
Se retornó a
Terminada la misa pasaron las autoridades, cabildo catedralicio, comisiones, invitados y el batallón al claustro.
Allí se procedió a la inauguración del panteón que ahora vemos, que se encontraba tapado con la bandera nacional y con una guardia de honor del Regimiento “Castilla”.
El monumento fue descubierto por el general gobernador militar, mientras sonaba la marcha Real, que pronunció una palabras alusivas al acto, y tomó luego la palabra el vizconde del Parque que tras agradecer al pueblo de Badajoz su contribución a la construcción de ese recuerdo hizo entrega al cabildo catedral del mismo, para su custodia y protección. Respondió el señor deán con palabras de agradecimiento y con un recuerdo a los soldados que combatían en África en aquellos momentos.
Durante el acto, la banda de música de “Castilla” interpretaba diversas piezas desde el jardín central del Claustro. Todas las fuerzas que habían tomado parte en los actos desfilaron posteriormente por la plaza de San Juan delante de las autoridades.
[1] Profesor de Composición Decorativa y Vaciado de
[2] La empresa de Mecanización Extremeña de Bigeriego se asentaba en amplios talleres de la calle de B. J. Gallardo, frente al Parque de Ingenieros de la plaza. Bigeriego, entre otras muchas obras de ornato público fue el autor del templete de la música del Paseo de San Francisco en 1894.
[3] Noticiero Extremeño de 21 mayo 1911.
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